/Historia
El origen, el devenir y la realización de un grupo entre muchos que trabaja, disfruta y comparte el fugaz pero intenso tiempo que cada año se repite en la frontera de los Reinos de Granada y de Murcia. Blanca y verde es nuestra bandera, la serpiente en el trasfondo, cabezas en turbantes y otras desnudas discurren por las calles de nuestro Cúllar, al son de los timbales.
En 1.984 comenzamos algunos la iniciación con aquellos trajes elaborados por nuestras madres bajo el nombre de "Morojas Chicas" con el encargo de llevar la ofrenda floral a la Virgen.
Contábamos con 1O años y ya figurábamos en la hoy extensa lista de la Comparsa Mora. En 1.986 se acoplaron los entonces "Aifaquíes" con aquellos trajes verdes y negros también confeccionados en cada casa. Pasados unos años adoptamos el nombre de Cañamones traído de las competiciones de las Fiestas Patronales de San Agustín.
Las Tareas.-
Ya puestos en el tajo hemos trabajado a estas alturas en todas las tareas que se reparten, aportando nuestras ideas conforme a nuestra personalidad intentando aportar algo de creatividad a la organización de la Fiesta. Queremos recordar el Día Después con "Operación Triunfo", el "Caiga Quien Caiga", la elaboración del Té Moruno y, sobre todo , las distintas organizaciones de la Coronación , especialmente en el XX y XXV Aniversarios de la Recuperación de nuestras Fiestas, mejorando la decoración de nuestro Trono, innovando en la MúsicaAmbiente y cambiando la Decoración.
Reyes Cañamones.-
El más joven en intentarlo fue Jesús, que se infiltró en Los Morojos para reinar junto a su tía Ana allá por el año 1.994.
Once años más tarde reinaron en Cúllar Anselmo y María José y los Cañamones fueron por primera y única vez Escuadra Real desde el año 2.005 hasta el 2.006, que dieron el testigo a Flora y Agustín de Los Morojos.
Escuadra y Capitanes.-
Somos una Escuadra muy numerosa aunque en los desfiles participamos menos gente. Entre diez y doce miembros componemos la escuadra de hombres y la de mujeres, capitaneados por Anselmo y Lourdes prácticamente desde nuestros comienzos. Trajes de tuarej lucen los hombres y una combinación de estilos las mujeres, quienes fueron las primeras en incorporar la danza y el baile a los desfiles.
La Fiesta: todo un año.-
Para nosotros la Fiesta supone el esfuerzo de todo el año que culmina el último fin de semana de abril. Apoyamos la gestión de quienes asumen la difícil tarea de dirigir la Comparsa, aportando ideas, haciendo nuestras las de los demás y acudiendo casi siempre a cada convocatoria de la Directiva de Turno para hablar de la Comparsa. Aprovechamos las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa, así como fines de semana y puentes para organizar nuestra Escuadra, tomar decisiones acerca de los trajes, las chilabas, la tarea que nos ha de tocar realizar ... y, ahora, pensar casi cada año en los trajes de nuestra segunda generación.
Lo mejor llega cuando comienza el mes de abril y ya se palpa en el ambiente la cercanía de las fechas claves a las que todos debemos llegar preparados. Llegado el jueves, quien puede y quiere acompaña a los Cristianos en el inicio de las Fiestas, pero sin pasarse.
Al atardecer del viernes suenan los ecos de los timbales que acompañan a los Reyes Moros en la lejanía y ya el subconsciente nos indica que los integrantes de la Escuadra han llegado desde lugares más o menos remotos: Alemania, Holanda, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Granada o Málaga se hacen presentes a la hora convenida para traernos otro año más a quienes marcharon en busca de su desarrollo personal y familiar y ahora comparten ese trozo de Cúllar que nadie podrá arrancar. Suenan los acordes de la Coronación y el fin del Discurso del Pregón da paso a saludos y abrazos para comenzar unas de las 48 horas más duras del año, y quien tiene la suerte de "colocar" a los niños lo pasará algo peor que los demás el día siguiente.
Ya es sábado y con sueño o sin él toca la comida de hermandad, cada año en lugar distinto, para reencontrarnos y saber de nuestra vida, y de momento, con el postre en la boca, hombres y mujeres cogen su camino para colocarse los trajes en alguna casa o cochera previamente concertada. Bromas abundan a la hora de colocarnos pantalón, blusones, petos y capas, con baberos al revés y dificultades para encajamos el turbante de tuarej. Pintura, espadas y escopetas y algo de beber nos dan paso a adentrarnos en la Plaza para envolvernos de las marchas moras que marcan el paso a las escuadras. Cada año se hace más duro el desfile pero al finalizar volvemos a reponer fuerzas ya con las chilabas para después, quien puede, seguir de fiesta.
Domingo por la mañana. Con pocas horas de sueño nos levantan, a unos sus hijos y a otros los cohetes y no queda más remedio que irnos a la Plaza y volver a empezar. Nos gusta acompañar a las escuadras que les toca El Arroz y bajar alguna que otra paella para compartirla también con nuestros paisanos y otra vez al Desfile. Entre timbales, tambores, trompetas y clarinetes , bajo la imagen de la Virgen de la Cabeza, ya se palpa el final, pues la mayoría de los integrantes de la escuadra y visitantes hace las maletas, aunque a algunos nos queda la noche para disfrutar.
Ya viene el Lunes de Resaca, fiesta local para los residentes, y en el que es obligado darse una vuelta por la Plaza para ver qué hay preparado y pasar un buen rato. Y hasta el Día de la Cruz, que, si cae en buena fecha, puede que volvamos a vernos la mayoría para pasar un buen día en la Rambla de Pulpite.
Epílogo.-
Valga nuestro reconocimiento y agradecimiento a quienes se han unido y se unen a nuestro grupo, aunque solo sea alguna vez, y nuestra admiración por todas y cada una de las Escuadras Moras que han dirigido nuestra Comparsa y han realizado las tareas que llevan a engrandecer nuestra Fiesta. Esperamos que a la hora de ser nosotros los directores de esta orquesta "Alá" nos conceda la sabiduría necesaria para llevarla a buen puerto.
Bibliografía:
- Libro de Comparsas Moras del 25 aniversario.